Educar en un mundo cambiante (5 retos educativos-2ª parte)

¿Has oído alguna vez la expresión "no hay nada nuevo bajo el sol"? Procede del libro Eclesiastés (1,9). Contrasta completamente con el título de este post.


El reto de educar en un mundo cambiante nos motiva a distinguir entre opinión y convicción, o pensamientos y principios. A menudo, todos opinamos sobre algo que vemos o experimentamos. Sostenemos una opinión acerca de algo. Sin embargo, cuando miramos al pasado, nos damos cuenta de que en muchos aspectos no opinamos igual que hace unos años. Hoy en día no sostendríamos, posiblemente, el mismo pensamiento sobre un tema determinado. Nosotros cambiamos y las opiniones que sostenemos también cambian. 

Los principios, por el contrario, no cambian; se convierten en leyes universales que permanecen a lo largo del tiempo sin importar los años que pasen. Son leyes que no desaparecen. 

Si basamos la educación sólo en opiniones sufriremos cambios constantes. Necesitamos recordar cuáles son los principios y las leyes que permanecen en el tiempo sin importar la época en que nos encontremos. Nosotros sostenemos opiniones, pero los principios nos sostienen a nosotros. 



Parte del éxito educativo pasa por descubrir o recordar qué principios se han mantenido a lo largo de siglos para seguir aplicándolos en el ámbito que nos ocupa. Esta labor cada vez se presenta más difícil teniendo en cuenta la "infoxicación" (exceso de información y opinión) que vivimos en la actualidad a través de los medios de comunicación y las redes sociales.

Como maestros tenemos el reto de conocer las opiniones relevantes del momento en el ámbito educativo y reconocer en qué se diferencian respecto a otras opiniones antiguas. Sin embargo, en medio de todos estos cambios, también somos llamados a velar y luchar por la enseñanza de aquellos principios que no desaparecen sino que permanecen en el tiempo.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario